Compliance, contingencia y continuidad: Nadie es imprescindible, hasta el fatídico día que falta.


Compliance, contingencia y continuidad: Nadie es imprescindible, hasta el fatídico día que falta.
Carlos Alberto Barrios
Moore Stephens Madrid


Suena duro y hasta incómodo el tema, pero, está nuestra organización preparada en caso de alguna contingencia, de un evento catastrófico o cualquier evento qué por sus características imposibilite o afecte el normal desenvolvimiento de la organización? Sabemos quienes conformarán el plan de sucesión en la organización? Sabemos cuáles acciones se han de tomar? Sabemos siquiera a cuáles riesgos catastróficos estamos expuestos?

Vamos a empezar por unos conceptos. Ya sabemos qué riesgo es cualquier evento qué afecte el normal desarrollo de las operaciones en una forma material o significativa con afectación en el cumplimiento de las metas u objetivos organizacionales. Sabemos que los eventos de riesgos pueden ser naturales (terremotos, inundaciones, incendios) o provocados por el hombre en forma premeditada (atentados terroristas, homicidios, secuestros) o en forma involuntaria (accidentes).
Las consecuencias del evento las podremos considerar de bajo, medio o alto impacto.
Es ahí dónde como personas y como organización debemos ser realistas, precavidos y previsivos.

Si las consecuencias de ese evento ponen de manifiesto la vulnerabilidad en el equilibrio para sobrevivir las podríamos catalogar como desastrosas, ya que el daño y la capacidad de recuperación está en entre dicho y con poca posibilidad de recuperar el normal desempeño. Sí la capacidad de recuperación es casi nula podremos decir que sus consecuencias son catastróficas, poco podremos hacer más que esperar sobrevivir. Todo esto es extrapolable tanto a las personas como a las organizaciones.
Todas las organizaciones deben conocer en forma real aquellos eventos de medio y alto impacto que están expuestos. Estos deben estar considerados, evaluados y formar parte del plan estratégico organizacional contemplados dentro del denominado plan de contingencia y continuidad operativa. Recordemos que los riesgos estratégicos  son aquellos asociados al conjunto de acciones y actividades de planificación (operativa y financiera) así como a la  definición de metas y tácticas que desarrolla la organización necesarios para que los objetivos empresariales se cumplan:
o   estratégicos: planificación estratégica, continuidad y contingencia, inversiones, apetito y tolerancia de riesgo.
o   tácticos: marketing, gestión comercial, de inversiones, de procura, de tecnología.
o   de estructura: organización jerárquica y de mando, personas, cargos, roles y perfiles.

En los 90´s los planes de contingencia y continuidad según se proponía en los enfoque del RM o Risk Management estaban enfocados a garantizar la salvaguarda de los entornos informáticos, data, plataformas de redes y telecomunicaciones, básicamente a certificar qué en caso de algún evento de magnitud se garantizaba la recuperación de las operaciones mínimas en tiempos adecuados ya fuese por medios informatizados o manuales. Posteriormente en la evolución normal de los enfoques metodológicos como el ERM Enterprise Risk Management, el factor humano es considerado como un factor crítico e imprescindible para la recuperación de las operaciones y de la normalidad operacional de una organización.

Actualmente muchas organizaciones no contemplan la desaparición física de su presidente o de un alto directivo o de toda unidad operativa. Es posible, es muy factible, sucede más de lo que pensamos y esperamos. Es entonces cuando el pánico y la paralización total se apoderan de la empresa. Crisis, no solo por el evento en sí que seguramente tendrá un efecto sicológico importante, sino porque desconocemos qué debemos hacer, cómo recomponer el rol y las responsabilidades que tenía él o los que ya no están y que no van a volver.

En una oportunidad trabajando como analista de sistemas de una importante organización íbamos todos los del área de tecnología a comer, todos juntos caminando. El CFO nos llamo la atención porque sí un vehículo perdía el control y nos atropellaba la organización perdía en un solo siniestro a todo su departamento de IT; y las normas de seguridad indicaban que no podíamos estar todos juntos en el mismo sitio al mismo momento.

Otro ejemplo lo viví muchos años después cuando el CEO de un Banco al cual estábamos iniciando un proyecto fue secuestrado por todo un año. Durante ese tiempo el Banco sobrevivió porque sus procesos y actividades principales eran compartidos por sus Directivos. Claro que hubo afectación, claro que la tensión se cortaba en el aire, todos los proyectos fueron paralizados, pero el Banco y él sobrevivieron.

Después del 11S, internacionalmente se prohibió que los socios de la organización estuviesen ubicados todos en la misma sección de los edificios, o en las mismas áreas, o viajando simultáneamente en los mismos aviones.

Las organizaciones deben estimar todos esos eventos de riesgo de alto impacto en la continuidad operacional; no se debe quedar a la impericia, la imprudencia, a la imprevisión, que la anarquía operacional logre la desaparición de la organización y eso no debe ser una opción solo por no haberlo previsto, es irresponsable con la organización y toda el personal que de ella depende.

Las organizaciones tienen mucho por hacer y por cumplir, pero una de las actividades más importantes que deben hacer es garantizar su subsistencia ante un evento catastrófico. Debemos conocer nuestros riesgos, nuestra exposición y el impacto posible, para estimar las acciones correctivas y preventivas que minimicen las consecuencias, y sí lograr ese ideal que nadie es absolutamente necesario!

Sí deseas agregar algún comentario, estas en toda libertad de realizarla, respetando la opinión de los demás y sin exponer a personas o empresas. Nadie tiene la verdad absoluta.


Comentarios