El Control Interno y el factor humano.
Carlos Alberto Barrios
Moore Stephens Madrid.
El control interno como hemos ya expresado en diferentes artículos y publicaciones, es una actividad relacionada a la buena práctica gerencial y que debe contar con el patrocinio y participación directa del más elevado nivel jerárquico así como de sus empleados y colaboradores de la organización, ya que no podemos esperar que una empresa cumpla con los objetivos del control interno y del compliance y que estos sean incumplidos por el personal encargado de patrocinarlo, de promoverlo, de implementarlo o de ejecutarlo.
Es por lo
tanto el factor humano crucial en la implementación de cualquier modelo de
riesgo o de gestión empresarial, ya que los controles en un gran porcentaje son
desarrollados y controlados por personas.
Los
controles automatizados dependiendo de la organización están limitados en
muchos casos a complejos procesos productivos, donde sistemas computarizados
controlan mezclados, temperaturas, dosificaciones, rutas de transporte y despacho por obsolescencia, sin prácticamente
intervención humana; así como administrativamente muchos sistemas de gestión
empresarial controlan accesos a opciones de aprobación o cambios de límites de
crédito o de emisión de órdenes de compra o venta.
Sin embargo el
factor humano puede afectar la eficiencia y validez del control, por ejemplo
dividiendo una orden de compra restringida por su cuantía, en dos órdenes al
mismo proveedor y al mismo producto; o usando la contraseña de acceso de un
tercero para aprobar una orden de venta o de compra, o una transferencia de
pago. En estos casos el control fue ineficiente porque el objeto del control
que era limitar la compra o la venta fue “engañado”, fue reconducido violando
el control.
Es por esta
razón que el factor humano es crucial en los proyectos de control interno,
porque éstos serán los que concluyentemente nos permitirán aseverar que el
control es operativo y funciona adecuadamente como fue establecido. Es por esta
razón que no podemos aseverar que porque exista un control éste indefectiblemente
funciona con el propósito con el que fue diseñado; este debe ser probado,
evidenciado y sustanciado.
Adicionalmente
al factor humano cómo elemento ejecutante del control, tendríamos aquellos
controles internos que están relacionados directamente a la gestión del recurso
humano como unidad estratégica de apoyo en la gestión empresarial.
Recordemos
que un adecuado control interno instrumentalizado en las actividades de
control, debe fluir entre cuatro objetivos primarios: estratégico, operacional,
financiero y de cumplimiento.
En este
orden de ideas tendríamos aquellas actividades de control propias relacionadas
al objetivo estratégico; por ejemplo los controles relacionados a altas y bajas
de personal, prácticas de evaluación de desempeño y cumplimiento de objetivos,
conflictos de intereses, normas de conducta y valores éticos corporativos, normas
sobre trato y discriminación, sanciones por incumplimiento, cumplimiento de
normas operacionales entre otros. Decimos que transcurren dentro de la capa
estratégica porque se sustentan en políticas y normas dictadas por el más alto
nivel organizacional, donde se exponen las pautas que permitirán crear las
bases para su posterior operacionalización.
Operacionalmente
la organización definirá una serie de actividades de control para instrumentalizar
esos controles estratégicos; por ejemplo en el caso de las normas de evaluación
de desempeño: se deberá garantizar que semestralmente cada gerente deberá
entregar un informe de evaluación de las actividades y tareas de sus
supervisados, que la misma debe ser revisada, firmada por estos y entregada a
la Administración de RRHH para su cualificación, custodia y control; o que
todos los empleados deben firmar cláusulas donde se comprometen a no divulgar
información confidencial o que garantizan que no tienen relaciones directas con
clientes o proveedores, etc.
A nivel
financiero, podemos citar: que los pagos al personal son revisados y
conciliados, así como los cargos y abonos se realizan de acuerdo a lo
establecido en la ley, en los plazos establecidos y que la contabilización de
las nóminas son reflejadas fiel y oportunamente en la contabilidad.
A nivel del
cumplimiento, tendríamos dos vertientes: el formal que es aquel que la
organización debe obligatoriamente ejecutar como son las normas de ley de
seguridad social, de salud, seguridad e higiene laboral. Y las políticas y normas
de cumplimiento voluntario, relacionados al cumplimiento de normas internas de
la operación, por ejemplo que se cumplan en los plazos señalados la entrega de
las evaluaciones de desempeño, o que los abonos de las nóminas estén adecuadamente
autorizados para su procesamiento.
El control
interno debe ser percibido como una actividad holística y sistemática porque
trasciende a lo largo y ancho de la organización y sistemática porque su nivel
de integración es tal, que cualquier falla o debilidad en cualquiera de los
componentes de ese sistema, trascenderá negativamente en ella, exponiéndola al
riesgo e incrementando su nivel de impacto.
El control
interno está diseñado no solo para garantizar el debido cumplimiento formal y
voluntario de la organización, sino es concebido para minimizar el impacto y la
exposición a riesgos de orden estratégico, operativo y financiero; y la gente
como factor decisivo en su cumplimiento debe estar totalmente integrada y
alineada con su aceptación, ejecución y mejoramiento en bien de los empleados,
la organización y la sociedad a la cual sirve.
Si deseas
agregar cualquier comentario y observación, estas en la libertad de hacerlo,
respetando las opiniones de los demás y sin exponer a personas ni a empresas.
Nadie tiene la verdad absoluta!
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