Compliance;
cajita feliz o combo con patatas.
Carlos Alberto Barrios L
Asociado a Moore Stephens Madrid
Carlos Alberto Barrios L
Asociado a Moore Stephens Madrid
El concepto empresarial debe ser percibido como una
actividad “holística” donde las actividades o los procesos o los sistemas no
pueden ser invariables, rígidas
o estáticas. El concepto empresarial incluso para similares sectores y
segmentos de mercado, pueden tener comportamientos bastantes disimiles.


Bien lo dice el concepto de la recursividad de los
sistemas; donde un sistema está conformado por otros sistemas y estos a su vez
por otros sistemas más, y la falla de un componente de uno de ellos logrará que
todo el sistema en su conjunto genere entropía, se haga incierto y en su
momento colapse.
El profesional de hoy en día dada la complejidad y
dinamismo con que el mundo empresarial se mueve, requiere estar aliado y
asociado con otros profesionales especializados en áreas propias y “sui generis”, por supuesto si queremos ofrecer al cliente un servicio de calidad,
con valor añadido y diferenciado de la competencia. Sí, como profesional
detecto un proceso o una actividad tan específica que sale fuera de mi ámbito
de conocimiento, deberé buscar al profesional expedito para que me asista a
evaluarlo y entenderlo, porque de lo contrario se pueden cometer inexactitudes
que atenten contra los resultados esperados.
El tema de la adopción, implementación y
seguimiento de un adecuado y efectivo modelo de gestión de riesgos, está siendo
abordado por muchas y variadas percepciones y entendimientos que son propios de
todas aquellas situaciones novedosas, donde la experiencia es limitada o solo
conocida por un selecto grupúsculo de profesionales.
Digo profesionales porque aquellas personas que nos
hemos dedicado la mayor parte de nuestra vida profesional ha estudiar, entender,
desarrollar, capacitar y asesorar a empresas en este tema, somos profesionales
del control interno, o del compliance, o del cumplimiento, o de cómo deseemos
llamarlo.
Estos nuevos proyectos, estas nuevas oportunidades
que muchos en el mundo de la consultoría evaluamos y consideramos que son necesarias
implementar porque las pérdidas y daños asociados como consecuencia de su adopción demostradamente, contundentemente se han minimizado, o se han
detectado oportunamente, o se han corregido antes de afectar financiera o
penalmente a una sociedad; están siendo mal utilizados solo con una intensión
aparente de vender, de colocar algo en el mercado, algo que usando la misma ley
refieren que “cumple”, o nos “exime”, o nos “libera” de responsabilidades
penales, pecuniarias o administrativas.
El tema del control interno o de la adopción de un
modelo de gestión de riesgos no es vender políticas y normas, no es hacer una
tabla de riesgos genéricos con checklist de “si” o “no”. Eso lo descargas
gratis de internet.

Vender servicios profesionales, donde se requiere entender el negocio, entender sus variantes y variables, su cultura organizacional, determinar sus riesgos expuestos, impacto y exposición, como si fueran “cajita feliz o combos con patatas”, dista mucho de un servicio profesional adecuado.

Debemos rechazar estos servicios "de cajita", que poco le solucionarán al cliente y que, a algunos con buen manejo y uso del don de la palabra, le permitirá obtener un rédito en perjuicio de los profesionales que han invertido años de estudio, investigación y esfuerzo en conocer las variables técnicas, geopolíticas, culturales, operativas y legales que pueden impactar a las organizaciones. Como profesional me disgusta que cualquier profesión, sea denigrada y vendida como si fuese una cajita feliz o un combo con patatas.
Sí deseas aportar algo al tema que consideres falto explicar o no
quedó del todo claramente expuesto, siéntete en la libertad absoluta de
comentarlo, por favor sin aportar nombres ni exponer a personas ni empresas. Es mi opinión personal. Nadie tiene la verdad absoluta!.
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